SI NO SE ABRE NO ES TU PUERTA
Las puertas se abren y se cierran
aveces con llaves y otras con cadenas,
que impiden el paso y nos dejan afuera
mientras que otras permanecen abiertas.
Cuando una puerta se cierra
no hay que romper las cadenas,
ni quedarnos en la puerta
perdiendo el tiempo y paciencia.
Es mejor seguir andando
y buscando puertas nuevas,
que se abren cada día
sin candados ni cadenas.
Las puertas que nos serraron
siempre serradas se quedan,
y no merecen la pena
ni recordarlas siquiera.
Hay puertas que se nos abren
aveces sin llamar en ellas,
y es entonces cuando sabes
que las llaves no son buenas.
Rosario Romero Morillas. 13-2-2016
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